basílica de nuestra señora de las mercedes (oria)
La Basílica de Nuestra Señora de las Mercedes es un templo, de planta cruciforme, con tres naves separadas por arcos sobre pilares, un coro alto a los pies y la cabecera recta. Con capillas entre los contrafuertes y abiertas a la nave por medio de arcos apeados en gruesos pilares, que aparecen recorridos por pilastras con ricos capiteles que simulan soportar un entablamento de gran cornisa.
La nave central y los brazos del crucero, se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos y arcos fajones. Las naves laterales, con bóvedas de arista. Una airosa cúpula de media naranja, dispuesta sobre un tambor calado sobre pechinas, abarca el cuadrado del crucero. Como curiosidad, la mayor parte de la cubierta de teja, en las naves laterales, apoya su armadura de rollizos de madera y tablero de ladrillos sobre tabiques palomeros, construidos con ladrillos macizos, que son apeados por el mismo dorso de las bóvedas.
El interior está decorado por yeserías con motivos vegetales, rocalla, florones, espejos y molduras mixtilíneas, que pueblan los cajeados de las pilastras corintias, adosadas a los pilares de las naves, el intradós de los arcos, los lunetos, los vanos de las bóvedas, los medallones de las pechinas, el tambor y los nervios de la cúpula y toda la cornisa que recorre la nave central y el crucero. El testero de la capilla mayor se decora con una pintura mural, que, enmarcando el camarín de la Virgen, imita una gran retablo arquitectónico. Se trata de una obra realizada por el pintor de Cuevas del Almanzora, Pedro Cervantes, en 1960.
En el exterior, a los pies, se levanta una sola torre, a la izquierda, construida enteramente en ladrillo visto. Los tres primeros cuerpos cuadrados se rematan con un campanario octogonal, reforzado por contrafuertes con volutas en las esquinas y coronado por un cupulín bulboso.