catedral de jerez de la frontera
La catedral de Jerez de la Frontera, antigua Colegiata de Nuestro Señor San Salvador se levanta sobre el solar de la antigua Mezquita Mayor de la ciudad, convertida en cristiana y dedicada a Nuestro Señor San Salvador desde los primeros tiempos de su reconquista a los musulmanes por el rey Alfonso X El Sabio, en el año 1264. El Cabildo Colegial acometió el 9 de mayo de 1695 la obra del nuevo templo, tras el deterioro apulatino del anterior edificio, encargándole directamente el diseño al arquitecto local Diego Moreno Meléndez. Debido a la prolongación temporal de su construcción en su arquitectura se pueden apreciar varios estilos arquitectónicos gótico, barroco y neoclásico. Completando el edificio una alta y esbelta torre separada del templo, cuyo airoso perfil con fuste del siglo XV y cuerpo de campanas renacentista se remata con un pequeño casquete esférico.
Es una construcción de enormes dimensiones en la cual se pueden diferenciar dos partes claramente distintas. La primera de ellas, y en la zona delantera, está el lugar de culto común para los fieles, la iglesia propiamente dicha, formada por un recinto de planta rectangular, casi cuadrada, donde se levantan sus cinco grandes naves, de acceso y uso general para todo tipo de actos religiosos.
La segunda parte es la zona reservada al clero, creada a continuación de la anterior y formada por múltiples recintos en el interior de una trama de planta irregular, donde las salas del fondo se organizan alrededor de un amplio patio ajardinado y descubierto al que se conoce como "Patio de Los Naranjos". En esta zona es donde hoy se muestran los objetos de valor de la catedral -el tesoro-, en salas como la Sacristía, la Antesacristía, la Sacristía Menor, la Sala de los Canónigos, la Sala del Tesoro o las Salas Nobles; espacios actualmente destinados a la exposición de importantes esculturas, pinturas, objetos de orfebrería o vestimentas litúrgicas.
La iglesia propiamente dicha es un gran templo de estilo barroco cuya imagen exterior queda marcada por algunos de sus elementos arquitectónicos más característicos, claramente visibles a cientos de metros de distancia; entre ellos, su gran cúpula sobre el crucero, la esbelta torre, el juego de arbotantes y sus complejas portadas barrocas. Su fachada principal deja ver claramente el escalonamiento de sus cinco naves, que van creciendo en altura desde las laterales externas hasta la central. Al exterior cuenta con cinco grandes portadas, dos de ellas a los lados, en los extremos del crucero. De mayor complejidad decorativa son sus tres portadas de la fachada principal, situada a los pies del templo, realzadas visualmente por encontrarse en alto y a las que se llega a través del reducto bajo (complejo sistema de rampas y escaleras) construido para tal fín.
En el interior pueden verse sus cinco grandes naves, cubiertas por sencillas bóvedas de crucerías las laterales, y por complejas bóvedas decoradas en piedra tallada, la central y las del crucero, mezclando elementos propios del barroco y otros del neoclásico bajo un conjunto estructural propio del gótico. Por su monumentalidad, destaca la gran portada sobre el altar Mayor, que sirve de ingreso a la Sacristía, obra realizada en piedra y jaspe rojo, diseñada por Miguel de Olivares y realizada por Jácome Baccaro que preside un Crucificado de Juan de Arce. También destacan entre otros el valioso Cristo de la Viga, obra del siglo XV e imagen titular de la Hermandad de su mismo nombre, el cuadro del pintor extremeño Francisco de Zurbarán "La Virgen Niña", y la custodia procesional de plata, obra neobarroca labrada en el año 1951.