basílica de la macarena
Es la iglesia que acoge, desde 1949, una de las imágenes religiosas más veneradas por los sevillanos, la Virgen de la Esperanza Macarena, una talla que antes estuvo casi tres siglos en la Parroquia de San Gil Abad, hasta que este templo fue incendiado el 18 de julio de 1936. Aunque la autoría de la talla de esta Virgen se ha ido atribuyendo a diversos escultores del siglo XVII, todavía no se ha podido comprobar quién fue el artista que la realizó, si bien muchos dan por hecho que fue Pedro Roldán quien diseñó la talla y las lágrimas de cristal que cubren su rostro.
Declarada por el Papa Pablo VI Basílica Menor en 1966, la iglesia de la Macarena tiene planta basilical y fue diseñada por Aurelio Gómez Milán. Tiene una sola nave cubierta con bóveda de cañón y cuenta con cuatro capillas laterales. Fue concebida en estilo barroco andaluz, y el acceso se realiza por un pórtico con columnas de mármol en cuya parte superior se colocó una hornacina en la que ahora se ve una escultura que representa la virtud de la Esperanza. Y más arriba aún, una espectacular espadaña con cuatro campanas.
El interior de la basílica de la Macarena está decorado con mármoles de varios colores y pinturas al fresco de Rafael Rodríguez donde la protagonista es la Virgen María. En el retablo mayor, se encuentra la talla de la Santísima Virgen de la Esperanza en un camarín cuya decoración es también una joya de orfebrería, firmada por Fernando Marmolejo Camargo. Y en las cuatro capillas laterales, se veneran las imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, la Virgen del Santo Rosario, el Cristo de la Salvación y las Patronas de Hispanoamérica.
La Basílica de la Macarena de Sevilla también alberga, en el Museo de la Hermandad, el precioso ajuar de la Virgen de la Macarena, a través del cual se puede rastrear la iconografía de la talla. Se pueden contemplar batas procesionales y trajes donados por toreros, además de las famosas carrozas de la Semana Santa. También se pueden ver, en el museo de la Macarena, algunos palios y algunos mantos, bordados la mayoría en terciopelo verde. En 1907 se realizó una candelería de plata y, en 1913, se bendijo la corona de oro de ley que le regaló la Hermandad.