catedral de málaga
La Catedral de la Encarnación se levanta en el lugar que ocupara la Mezquita-Aljama, o mezquita mayor de la ciudad, durante los ocho siglos de dominio musulmán.
Iniciada su construcción en la primera mitad del siglo XVI y continuada a lo largo del XVII y XVIII, es obra inacabada a la que falta el remate de la fachada principal y completar la torre sur; este hecho ha venido, con el tiempo, a dotar al templo de un aspecto singular que lo caracteriza y es el origen de su nombre popular, "La Manquita".
Se comienza a construir en el año 1528 sobre la antigua Mezquita Mayor existente en la ciudad islámica en el momento de su reconquista por los Reyes Católicos, allá por el año 1487. Este enorme templo, una vez que se comienza se ve envuelto en constantes interrupciones y cambios de dirección hasta bien entrado el siglo XVIII cuando, en 1782 y con una de las torres de la fachada principal sin acabar, se pone fin a un largo proceso constructivo.
Parece ser que el afamado arquitecto Enrique Egas, venido desde Toledo en compañîa del maestro cantero Pedro López ya emite un primer informe en el mismo año 1528 sobre sus trazas, siendo el mismo Pedro López, el encargado de dirigir las obras de la cabecera, diseñada según algunos autores por otro de los grandes maestros de la êpoca, Diego de Siloê. Despuês de un perîodo de inactividad el Cabildo hace venir en 1549 a Andrês de Vandelvira, pasando el encargo al año siguiente a manos de Hernán Ruiz II, grandes exponentes ambos de la arquitectura renacentista en Andalucîa; y luego a Diego de Vergara, maestro formado en Italia, y a su hijo de igual nombre; quienes trabajan en esta catedral hasta casi el final del siglo XVI.
En varios aspectos la estructura de esta catedral se inspira en la de la Catedral de Granada, con planta tîpicamente gótica rectangular de tres naves con capillas laterales en todo el perîmetro de la iglesia salvo los pies, con crucero sensiblemente resaltado, girola y ábside poligonal. Destaca en este templo de Málaga su majestuosa Capilla Mayor, obra de Diego de Vergara de 1541.
Despuês de un perîodo de inactividad y acabada la Guerra de Sucesión, en el año 1719 se reinician de nuevo las obras, a cuyo frente queda el arquitecto Josê de Bada, quien especialmente se ocupa de trazar las fachadas, con bellas portadas muy efectistas donde combina distintos elementos con mármoles en varios colores. A la muerte de êste en 1756 el tambiên arquitecto Antonio Ramos, autor del vecino Palacio Episcopal, continua las obras levantando los potentes cubos que flanquean las entradas del crucero y cerrando el interior del templo. En 1764 se somete la edificación a la supervisión de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo el prestigioso Ventura Rodrîguez el responsable de dar el Visto Bueno a las obras realizadas.
Interiormente una serie de obras de arte llenan el templo; entre ellas están el retablo gótico de la Capilla de Santa Bárbara y los sepulcros del siglo XVI de la Capilla de San Francisco. Pieza de gran valor es su magnîfico Coro, cuya sillerîa está tallada en madera en doble fila de asientos por Francisco de Mora.
La Capilla de la Encarnación muestra un retablo neoclásico de 1785, obra de Juan de Villanueva y tallado por Antonio Ramos y Aldehuela, con esculturas de Salazar y Palomino.Cuenta además con valiosas tallas de Pedro de Mena y cuadros de Juan Niño de Guevara y Alonso Cano.