basílica de santa maría de la peña
El edificio fue construido en el segundo tercio del siglo XVI, sobre un templo anterior de origen románico, del que se han conservado algunos restos, y que está documentado al menos desde finales del siglo XII. Son conocidos los maestros de obras que dirigieron la construcción, y en la portada del templo puede leerse la fecha de 1543.
El acceso a la basílica se realiza por medio de una galería porticada con arcos de medio punto. En uno de los tramos hay un pequeño balcón a modo de púlpito conocido como "predicadera" y que según la tradición fue empleado por San Vicente Ferrer en 1415. Esta galería conduce a una puerta desde donde se accede a un patio, que articula el acceso a la cripta del templo y el hospital de peregrinos, que fue construido por el Concejo municipal a finales del siglo XVI.
En la actualidad, este hospital alberga el Museo de los Iconos, y en él se expone una interesante colección de pinturas ortodoxas. Está presidido por un gran estandarte cuadrado con la cruz ortodoxa y las letras griegas: IC XC NI KA, que significan "Jesucristo vence" (a la muerte).
Desde allí hay una escalinata, que conduce a otro pórtico, de factura renacentista, que se abre, al exterior, mediante una galería con 17 columnas entorchadas y arcos de medio punto, y hacia el interior del patio, con arcos de medio punto rebajados y pilares poligonales que tienen la particularidad de tener grabados en los capiteles textos en griego procedentes de la Epístola de San Pablo a los Colosenses y del Santuario de Apolo en Delfos.
Desde la terraza porticada mencionada se accede a la iglesia mediante unas escaleras que conducen a un nártex, que permite acceder también a la capilla de San Juan de Letrán. La iglesia de Graus pidió permiso al Papa para hacer dicha capilla con la misma advocación que el templo romano con la condición de estar bajo su potestad y ofrecer las mismas indulgencias.
La capilla de San Juan de Letrán es de pequeñas dimensiones. Se abre mediante una Puerta manierista a imitación de uno de los dibujos de Sebastiano Serlio (que publicó libros con ilustraciones de arquitectura). En el interior hay un retablo barroco presidido por un Cristo. Han sido repintadas sus paredes atendiendo a fotografías y a los restos que quedaban tras el incendio de la Guerra Civil que provocó la ruina de las bóvedas y la destrucción de la mayor parte del arte mueble. En el presbiterio hay una copia de la Virgen de la Peña, cuyo original se perdió en el incendio.
La portada de la iglesia tiene un arco de medio punto de estilo plateresco donde impera el orden corintio con entablamento y casetones, además de decoración de guirnaldas, candelieri, grutescos, ángeles (derivados de los cupidos o erotes romanos), cabezas de carnero a imitación de los bucráneos, etc.
El templo tiene una nave única que remata en un arco triunfal apuntado que da paso a un tramo presbiterial rectangular que se remata en ábside hemipentagonal mediante el empleo de dos trompas. La cubierta es una bóveda de terceletes, propia del tardogótico, divida en dos tramos, al que debe sumarse la cabecera, que tiene una muy vistosa bóveda estrellada. En la parte de los pies hay un coro en alto, bajo el cuál se encuentra una sencilla pila bautismal, labrada en una pieza monolítica.
Sobre la cabecera de la iglesia se levanta una torre dividida en tres cuerpos mediante impostas, el primero de ellos de planta cuadrada y los dos superiores de planta poligonal. El último se encuentra horadado con vanos para las campanas. La construcción se remata con un pequeño chapitel.