catedral de jaca
la catedral de Jaca es considerada como una de las más espectaculares e importantes del primer románico español. Su construcción comenzó, por orden del rey Sancho Ramírez, entre los años 1063- 1077 bajo la advocación de San Pedro.
Tiene un estilo tan sumamente especial y único que se fue difundiendo por los demás reinos de la Península Ibérica, entre otras cuestiones, gracias al Camino de Santiago. Entre los elementos característicos encontramos el ajedrezado, la decoración con bolas y, cómo no, los conocidos como “pitones jaqueses”. Otro dato a tener en cuenta es que, a pesar de tratarse de un románico primitivo, no cuenta con una gran abundancia en cuanto a personajes fantásticos o mitológicos como podemos encontrar en otro tipo de edificaciones de este estilo.
El Crismón que decora la puerta occidental es de los primeros que representan a la Santísima Trinidad, además de la propia figura de Cristo. Entre los elementos escogidos para este Crismón hay quien dice que se puede llegar a identificar con alguna de las constelaciones más reconocidas de la Edad Media o, incluso, llegar a hacer una interpretación de carácter cosmológica de esta catedral.
Una de las leyendas más famosas une la catedral con el Cáliz de la Última Cena que, popularmente, se le conoce como Santo Grial. Se dice que este objeto llegó a la catedral de Jaca en el momento en el que el Papa Sixto II se lo entregó a San Lorenzo. Es más, hay quien asegura que esta edificación se mandó construir para albergar esta copa.
También sobre reliquias, de las que hay más certezas, hasta donde se puede por testimonios históricos, destaca la catedral de Jaca con las de Santa Orosia, es decir, la patrona de la ciudad. Éstas son conservadas en una urna, de madera de nogal y plata, realizada en 1731. Se abre cada 25 de junio para su veneración. Esta urna tan solo se abre utilizando dos llaves: una la tiene el Cabildo y la otra está en el Ayuntamiento de Jaca.