catedral del salvador de albarracín
La catedral del Salvador de Albarracín es un templo cristiano situado en la localidad de Albarracín, provincia de Teruel. Es sede catedralicia de la diócesis de Teruel y Albarracín junto con la catedral de Teruel. Se asienta sobre los restos de un antiguo templo románico construido a finales del siglo XII. El actual edificio empezó a construirse en 1572 y corrió a cargo de los arquitectos Martín de Castañeda y del francés Quinto Pierres Vedel. El primer obispo de la diócesis de Albarracín (independiente de Segorbe) fue Martín de Salvatierra (1578-1583). El acceso principal al templo se realiza, inusualamente, por la cabecera, a través de una sencilla portada barroca precedida por una escalinata. A principios del siglo XVIII se reformó el interior del templo con elementos barrocos, como las pilastras que se conservan actualmente.
La estructura del templo está formada por una única nave central con bóveda de crucería gótica, flanqueada por pequeñas capillas laterales ubicadas entre los contrafuertes. En la capilla mayor, de forma poligonal cubierta por bóveda de crucería con nervios combados, destaca el retablo mayor, de estilo renacentista (1566), obra del escultor Cosme Damián Bas, con figuras de santos, escenas de la vida de Jesús y María y un gran relieve central representando la Transfiguración.
El coro, a los pies del templo, se cubre con bóveda de crucería de complicada traza; bellas pinturas murales adornan los muros. La sillería coral es de madera vista y sencillo diseño renacentista, al igual que la estimable reja que cierra este espacio, colocada a mediados del siglo XVI. En el exterior destaca la torre, de estilo renacentista, con cuatro cuerpos de sección cuadrada, siendo el último de planta octogonal. A los pies de la torre, hacia la plaza, se pueden observar varios sillares romanos reaprovechados.
Las capillas laterales son de dimensiones más reducidas; varias de ellas guardan un relevante patrimonio artístico. La más destacada, por dimensiones y decoración, es la dedicada a la Virgen del Pilar, con un suntuoso retablo barroco, cúpula y ornamentación de estucos en muros y bóveda. En la capilla de san Pedro destaca el retablo, delicado trabajo en madera sin policromar con relieves de la vida del santo titular, atribuido a Gabriel Yoly. La capilla de las Ánimas, y lo que fue su sacristía anexa, exhiben interesantes pinturas murales en grisalla, datadas en el siglo XVI.