catedral de ibiza
Su nombre oficial es el de Catedral de la Santa María o Virgen de las Nieves. La Catedral de Ibiza surge tras la conquista de la isla por las tropas cristianas en 1235 y se utiliza el espacio que, hasta entonces, había ocupado la mezquita de la localidad. Esta construcción ocupa una posición privilegiada en el punto más alto de Dalt Vila, el recinto amurallado de Ibiza.
El edificio primitivo, de planta rectangular, solo ocupaba el espacio de la nave central y fue ampliado en el siglo XIV con la construcción del ábside gótico colocado al extremo de levante del viejo edificio. Además del ábside de planta poligonal, se construyó una sacristía y la torre del campanario que se eleva sobre la primera capilla del ábside. La torre, de planta trapezoidal, consta de dos cuerpos separados por cornisas decoradas y en el superior hay una doble hilada de tres ventanas ojivales separadas por una cornisa. La torre aparece coronada por una estructura piramidal de aristas dentadas, similar a la de otras iglesias góticas de Mallorca.
El templo medieval volvió a ampliarse con la creación de las capillas laterales de la nave. La primera la mandó hacer Ponç Sacoma, en 1388, y el resto se construyeron en el primer cuarto del siglo XVI. En esta época también se trasladó la sacristía gótica a un cuerpo exterior adosado a la capilla de San Miguel.
A finales del siglo XVII, la iglesia está sensiblemente deteriorada por lo que se plantea una reforma del edificio, cuyas obras se encargaron a los maestros Pere Ferro y Jaume Espinos. Los trabajos que comenzaron en 1712 no finalizarían hasta 1728. Esta intervención no solo mejoró los desperfectos estructurales del edificio sino que también se modificó la ornamentación interior, unificando el estilo decorativo de los distintos espacios y elementos arquitectónicos. En el exterior fue modificada la puerta principal del templo, a la que se añadieron diversos elementos arquitectónicos de estilo neoclásico.
En 1782 se concedió el Obispado a la ciudad de Eivissa y la iglesia de Santa Maria adquirirá desde entonces el rango de Catedral. El 5 de febrero de 1784 hizo su entrada oficial el primer Obispo de la diócesis, D. Manuel Abad y Lasierra, que ejerció su cargo hasta 1787.
Después del siglo XVIII la catedral sufrirá pocos cambios en su fisonomía. La obra más importante de esta época fue la modificación del presbiterio, realizada en 1803 y en la que se elevó y amplió hasta el límite con las dos primeras capillas de la nave. El altar mayor, situado tradicionalmente en la capilla central del ábside, pasará a colocarse en medio del nuevo presbiterio y el coro detrás del altar, dentro de la capilla central.