basílica de nuestra señora del prado
La Basílica de Nuestra Señora del Prado fue elevada a dicha categoría por el papa Juan Pablo II en 1989 y es conocida como "La Capilla Sixtina de la cerámica" por ser uno de los referentes materiales, pero también espirituales, de la actividad alfarera de la ciudad de Talavera de la Reina.
En 1649 sufrió una profunda remodelación que le dio el aspecto que presenta hoy en día, consistente en la construcción de una capilla mayor que amplió la ermita existente. Las obras fueron trazadas por el arquitecto barroco fray Lorenzo de San Nicolás. En 1669 se estaba rematando la capilla mayor. En 1804 fue objeto de una nueva reconstrucción a cargo de Vicente Beltrán y Pedro Pérez Palencia. Durante la invasión francesa sufrió graves desperfectos, dedicándose el lugar a herrería y carretería. Una nueva reconstrucción se acometió en 1827 a cargo de los albañiles Manuel González de los Ríos, Faustino Jiménez y Manuel Ballesteros. En 1855 D. Pedro Delgado Acedera promovió nuevas reformas y decoraciones.
El edificio es de planta de cruz latina con tres naves separadas por pilares de gran tamaño, una cornisa corrida de aspecto barroco y cubiertas con artesonados mudéjares. Todo ello le confieren al templo una acusada verticalidad. Del brazo principal se desdoblan, en ambos costados, sendas naves menores. El crucero se cierra con cúpula de media naranja sobre tambor. La bóveda del cuerpo principal es de cañón. Al fondo de la iglesia se sitúa el coro y balcón. Existe además una reja aislando el crucero de la nave principal.
Los muros interiores y los púlpitos de la iglesia están cubiertos por un zócalo de 1,50 m., de azulejo talaverano de los siglos XVI, XVIII y XX, con distintas representaciones entre las que se encuentran La Virgen del Prado (patrona de Talavera), escenas de la vida de Jesús, de los santos y sobre todo de San Antón, repitiéndose el florón como elemento decorativo omnipresente en estas cerámicas. La cúpula del camarín de la Virgen aparece decorada con pinturas del célebre ceramista Ruíz de Luna.
En el exterior del edificio destaca las distintas naves que forman su estructura, diferenciadas en altura, y cerradas por frontones triangulares con óculo central, con cubiertas a dos aguas de teja árabe. Las fachadas están formadas por una fábrica de mampuesto cajeado de ladrillo, todo ello presidido por una imponente cúpula y linterna levantada sobre el crucero del templo.
La puerta de poniente u occidental, que es el acceso central, se halla bajo una protección de teja exterior y tiene un espacioso vestíbulo, sustentado por columnas de piedra. Este espacio se cubre también con un zócalo de cerámica talaverana con paneles de la historia de la cerámica de la ciudad y escenas de la Biblia, del Nuevo Testamento, la genealogía de Cristo, vida de los Santos, y los soldados de Cristo y mártires ante Jesús resucitado, incluido el emperador Carlos V.