CATALUÑA
las catedrales de Cataluña permiten descubrir la mejor tradición arquitectónica europea, románica, gótica y barroca. Los últimos años del románico catalán supusieron una extensa creación floreciente. Los dos ejemplos representativos son los de las catedrales de Lérida y Tarragona cuya transición al gótico no empaña los elementos constructivos que representan todavía el estilo románico. Ambas catedrales se cubren con bóveda gótica de crucería pero sus ábsides son todavía de traza románica y sus portadas alcanzan la más bella factura de un arte románico que, aunque tardío, está en pleno esplendor. Esta actividad constructora se corresponde con una etapa de expansión territorial hacia occidente y sur de Cataluña y con la consolidación de la organización condal y monárquica que tiene lugar hacia la mitad del siglo XII. En pleno siglo XIII la expansión se volcará hacia el sur del Río Ebro y hacia el Mediterráneo, en época de Jaime I.
En la arquitectura de la catedral, el gótico catalán no lucha por las grandes alturas, sino que tiende a equilibrar las dimensiones de anchura con altura, por lo que no hay techos inclinados largos tan característicos del centro y norte de Europa, y sus contrafuertes son tan altos como las naves. Los edificios también tienen menos ventanas porque la luz mediterránea es mucho más fuerte que en el resto de Europa. Escasamente decorados, no tienen motivos figurativos en sus pilares ni intrincaciones notables en sus bóvedas.
La Seu Vella – conocida también como “el Castillo de Lleida”– es el monumento que identifica a la ciudad. Se asoma desde un cerro que permite divisar la ciudad y gran parte de la comarca del Segrià y la llanura de Lleida. Su construcción, iniciada en el año 1203, se prolongó durante más de dos siglos hasta que en 1431 se finalizó el campanario. El acceso se realiza a través de La Canónica, nombre con el que se conoce al conjunto de edificios que acogía los canónigos que constituían el capítulo de la catedral.
La catedral de Tarragona, dedicada a Santa Tecla, es un templo de transición del románico al gótico que anteriormente había sido un templo romano, una basílica cristiana y una mezquita. Se empezó a construir en el siglo XII con un estilo románico, se continuó con el gótico y se consagró en 1331, pero quedó inacabada a causa de la peste negra. Su fachada, con la gran portalada y un rosetón, es una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad. La escultura del claustro es uno de los conjuntos más remarcables de la plástica románica en Cataluña.
Emplazada en el punto más elevado de la Girona antigua, configura, junto con el campanario de la iglesia de Sant Feliu, el perfil de la ciudad y puede presumir de tener la nave gótica más ancha del mundo. Esta catedral mezcla diferentes estilos, ya que, aunque se acabó de construir en el siglo XVIII, se empezó a levantar en el siglo XI. Es muy característica la escalinata central que conduce a la puerta, del siglo XVII, que cuenta con noventa escalones y es una de las obras barrocas más singulares de Europa. En el exterior se conserva el pórtico gótico de Sant Miquel, al norte, y el pórtico de los Apóstoles, al sur, del siglo XIV.
La catedral de Barcelona, espléndida obra del gótico catalán, es también conocida como la Seu y está dedicada a la Santa Cruz y a santa Eulalia, patrona de Barcelona. Excepto la fachada -de finales del siglo XIX en estilo neogótico- el resto del edificio data entre el siglo XII y el siglo XV, y es de estilo gótico. En el interior hay tres naves que destacan por su amplitud y altura gracias a los esbeltos pilares característicos del gótico catalán. El exterior, aparte de la fachada, es sobrio, sin más ornamentación que los contrafuertes verticales y las torres octogonales.