basílica de santa maría de mataró
A pesar de tener una base gótica (los arcos apuntados, gracias a los que se accede a las capillas laterales, son los únicos elementos de la antigua iglesia gótica), es de estilo barroco y neoclásico. Ubicada en la plaza de Santa María consta de una sola nave con capillas laterales, a las que se accede por los arcos apuntados, únicos elementos que quedan de la antigua iglesia gótica.
El campanario se ubica en el lado derecho del edificio y, aunque tiene una base gótica, se incluye dentro del estilo barroco. La fachada está formada por un cuerpo inferior, con una puerta en el centro y dividido en cinco secciones verticales de pilastras corintias. El cuerpo superior está comprendido por tres partes, en cuyo centro hay un rosetón.
En los laterales de la nave central encontramos el baptisterio, con algunas capillas dedicadas a santas. En los alrededores del templo, encima de la necrópolis de época paleocristiana, se exhumaron dos entierros de la alta Edad Media y, más tarde, en la misma plaza, se han encontrado dos tumbas de la época tardo-romana.
En un edificio adyacente se encuentra el Museu-Arxiu de Santa María que cuenta con el importante patrimonio de la basílica, el archivo de la ciudad de Mataró, biblioteca y hemeroteca. La basílica acoge importantes obras pictóricas, como la de Dolors, barroca y pintada y decorada por Antoni Viladomat, y la de la sala de juntas de Congregació dels Dolors, en la sacristía.
El edificio actual corresponde a la ampliación iniciada en 1675 por el arquitecto milanés Ercolle Torrellio. Sin embargo, en 1054 ya había referencias de una iglesia románica en la actual ubicación del templo. La fachada del siglo XIX es obra de Josep Simó i Fontcuberta.