basílica de santa maría de valdeflores
La basílica de la Madre de Dios de Valdeflores (en catalán basílica de la Mare de Déu de Valldeflors) es de origen románico. La obra es básicamente del siglo XVII, construida entre 1638 y 1647, y con un campanario construido en 1909, quedan restos del románico en la fachada de mediodía, donde el arco exterior de la puerta adornado con una bola en cada sillar no ha sido desgastado por el tiempo.
Del claustro de la antigua canónica agustiniana se conservan seis capiteles en el Museo Diocesano de Urgel desde 1957 y al menos uno más en el mismo templo. La obra fue proyectada y dirigida por el maestro de obras Claudi Casals, natural de Barcelona, y en 1642 se consagró, aunque la bóveda no se acabó hasta 1659.
La iglesia es uno de los ejemplos de la implantación del gótico tardío que incorpora los elementos decorativos y constructivos renacentistas y barrocos, tiene planta basilical con cinco tramos, capillas laterales y un único ábside cubierto con bóveda de crucero, y presenta, aún hoy, todas las líneas tipológicas de este estilo arquitectónico.
Destacan como elementos más relevantes el trazado de su planta y el campanario. Éste presenta una sucesión de planta cuadrada a octogonal coronada por una estructura de hierro forjado donde se conservan las campanas del siglo XVII. La iglesia cuenta con un interesante órgano barroco restaurado a principios del siglo XX por el Dr Pearson.