Basílica de Santa María del Mar
La Basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona, conocida como la "catedral de la Ribera", es uno de los ejemplos más perfectos de la arquitectura de estilo gótico, por armonía en sus proporciones y la serenidad que ofrece el conjunto. construida en sólo 55 años, de 1329 a 1384, es la única iglesia de estilo gótico catalán puro. Su estructura es de tres naves casi de la misma altura, con sobrias y altísimas columnas cada 13 metros de distancia, un espacio no superado por ninguna construcción medieval en todo el mundo.
En el exterior podemos observar las peculiaridades del gótico catalán, como las líneas rectas y los contrafuertes macizos, sin arbotantes, que le dan un aspecto robusto, compacto, muy diferente de las catedrales góticas europeas. El campanario es octogonal y las puertas son de roble macizo con decoraciones de hierro.
La impresión resultante es de una amplitud, elevación y ligereza sublimes, como si la gravedad se hubiera dado la vuelta y atrajera las piedras hacia arriba. Las numerosas ventanas con vidrieras de la iglesia de Santa Maria del Mar juegan un papel importante en este sentido.
Según el crítico de arte australiano Robert Hughes, no existe en el Estado español un espacio arquitectónico más magnífico y solemne que el de Santa Maria del Mar.
De la iglesia cabe destacar la vidriera de la Ascensión, en la Capilla de Santa María, y la del Lavatorio en la de San Rafael, así como el gran rosetón. Éste fue destruido durante el terremoto que hizo temblar Barcelona en 1428, y reconstruido a mitad del siglo XV.
Se edificó sobre los restos de una pequeña capilla, Santa Maria dels Arenys, que estaba dedicada a Santa Eulàlia, virgen mártir patrona de Barcelona, que supuestamente había sido enterrada en ella en 303. Posteriormente sus restos fueron trasladados al sepulcro de la Catedral de Barcelona.
En el suelo, encontraremos sepulcros particulares y también sepulcros de cofradías y gremios de la Edad Media en Barcelona. Y es que esta Basílica de Santa Maria del Mar, obra dirigida por Berenguer de Montagut y Ramon Despuig está dedicada a la Madre de Cristo como patrona de los marineros, siendo el templo de los armadores y mercaderes de la Barcelona gótica. Durante la Guerra Civil los anarquistas le prendieron fuego y se perdió toda su ornamentación interior, incluyendo el altar barroco y un gran órgano del siglo XVIII.