catedral de ávila
La Catedral de Ávila dedicada al Salvador se proyectó como templo y fortaleza. Ávila es la ciudad que levantó la muralla más formidable y convirtió la Catedral en un fuerte inexpugnable. El exterior de la Catedral deja claro el carácter militar del templo; la torre Norte a la entrada, el Cimorro en el ábside y el perímetro almenado de las cubiertas, reafirman su compromiso defensivo. La dirección de las obras se atribuyen a Fruchel, probablemente de origen francés, el Maestro dotó a la catedral de una gran cabecera con girola y una corona de capillas que se incrustaba directamente en la muralla formando un magnífico torreón y uno de los principales bastiones. De aquí su marcado carácter de fortaleza. Con la irrupción del gótico el templo pasaría a tener tres naves y en su conjunto recibiría diversas modificaciones. La de Ávila es la primera catedral de la península en la que se aplicaron las novedades constructivas del gótico. Las últimas intervenciones destacables en la catedral de Ávila corresponden a finales del siglo XV y mediados del XVI.
la Puerta Norte, también llamada de los Apóstoles con el tímpano de la portada donde se desarrolla el tema del Juicio Final y escenas de la Última Cena o el Lavatorio. Las jambas alojan al colegio apostólico, esculturas de tratamiento alargado en relación con la tradición gótica francesa, situadas sobre basas y bajo doseletes. La Puerta Occidental consta de un arco de medio punto decorado con medallones y motivos florales. Sobre él se dispone un pequeño tímpano en el que aparece una escena del Martirio de San Segundo.
El interior, la construcción está formada por tres naves, crucero y cabecera semicircular de doble girola, con capillas entre sus contrafuertes, flanqueado a los pies por dos torres de planta cuadrada, la de la derecha inacabada y la izquierda rematada en merlones con saeteras, cubiertas mediante bóveda de crucería. En la diferencia de altura de las naves -siendo la central de mayor alzada- se abre un doble cuerpo de ventanas formado por paños de vidrieras, las cuales resultaron dañadas en el terremoto de Lisboa del año 1755 y tuvieron que ser repuestas posteriormente.
La Girola, del siglo XII, atribuida al ya citado maestro Fruchel, es la parte más primitiva de la catedral. Se compone de un doble deambulatorio separado por finas columnas que a su vez articulan la división de las nueve capillas semicirculares que conforman el espacio. Esta solución no es la original, sino que se adopta en el siglo XV, durante las reformas que suscitaron problemas estructurales.
El Coro se concibió en origen en la capilla mayor, al modo de las catedrales medievales. Sin embargo, la tradición renacentista de colocar el coro en el cuerpo de la nave lleva al cabildo a sustituir el original, del siglo XIV, por uno nuevo cuya sillería, tallada en madera de nogal, se comienza en 1536. La rejería que cierra el conjunto fue colocada en el año 1760.
El Trascoro, realizado por Lucas Giraldo y Juan Rodríguez, es una obra caliza de grandes dimensiones. Se divide en tres calles mediante pilastras decoradas a candelieri entre las que aparecen, de izquierda a derecha, los altorrelieves de La presentación en el Templo, La Adoración de los Reyes y La matanza de los Inocentes.
El Retablo del Altar mayor lo comienza Pedro Berruguete en 1499, dando las trazas generales y realizando el cuerpo inferior o predela, en la que representa a los cuatro doctores de la Iglesia y a los evangelistas. De Berruguete también son las dos tablas de la parte superior izquierda, en las que se inicia el Ciclo de la Pasión de Cristo, siendo estas las de la Oración en el Huerto y la Flagelación.
La construcción del Claustro se inicia en el siglo XIV en estilo gótico y rematado en el siglo XVI por una crestería renacentista de granito, realizada por los maestros Mateo, Pedro de Viñegra y Vasco de la Zarza.
En el interior presenta cubierta de bóvedas de crucería y se abre al patio mediante grandes ventanales propios del gótico, pero que en su mayor parte son resultado de las restauraciones llevadas a cabo en 1980. Al claustro se abren tres capillas; la Capilla de las Cuevas, la Capilla de la Virgen, llamada La Mayor y la Capilla del Crucifijo.