basílica de santa maría del coro donostia
Las obras de construcción de la basílica comenzaron en 1743 y finalizaron en 1774, pero está considerada por muchos el templo más antiguo de la ciudad, ya que se levanta sobre una antigua iglesia románica. La iglesia es de estilo barroco, con elementos góticos, churriguerescos y neoclásicos. Su impactante pórtico de estilo plateresco está decorado con una imagen de San Sebastián en su martirio en la parte superior.
En el interior destaca la pintura de San Sebastián en el altar principal y un paso de Semana Santa que representa el descenso de Jesús de la cruz, ubicado en una de las esquinas del salón. Este paso del siglo XVII tiene una larga e interesante historia, ya que fue reducido a pedacitos y vuelto a recomponer en el Museo de San Telmo.
Otras de las piezas importantes son uno de los altares de Ventura Rodríguez, con una talla del Sagrado Corazón bajo la forma de un niño pequeño, y una cruz de alabastro realizada por Eduardo Chillida.
Hay varias versiones acerca del origen de esta Virgen. Una de las más populares cuenta que siglos atrás, era costumbre en los monasterios tener una imagen de la virgen en el coro. Cuenta la leyenda que un clérigo quiso llevar la imagen a su celda para poder alabarla sin tener que subir hasta el coro. Sin embargo, cuando quiso salir de allí no pudo atravesar la puerta. Los sacerdotes que llegaron a las vísperas y observaron la escena se contagiaron de su devoción y decidieron colocar la virgen en el altar mayor de la iglesia, que se convirtió así en la Virgen del Coro. Otra de las leyendas dice que la imagen de la Virgen fue traída de la ciudad de Coro por los primeros donostiarra que se acercaron por Venezuela. En ese caso, su nombre debería ser entonces Virgen de Coro.
La fachada principal de la basílica se encuentra alineada con la catedral del Buen pastor, y desde la puerta puedes atisbar la catedral sin nada que interrumpa tu vista.
Cada 14 de agosto, víspera del día de la Asunción, se realiza en la Basílica de Santa María una importante celebración, de las más arraigadas de Aste Nagusia. Se trata de la Salve de la Virgen del Coro, que cuenta, desde 1900, con la presencia del Orfeón Donostiarra, uno de los grupos corales amateur más prestigiosos del mundo. Entre las melodías que suenan en esa ocasión, se encuentra una Salve especialmente dedicada a la Virgen del Coro, encargada por un párroco de Santa María en la década de 1930. También el Ave María de Usandizaga, compuesto expresamente para la ocasión.