catedral de coria
Este grandioso templo se alza sobre el lienzo meridional de la muralla romana. La catedral de la Asunción de Coria es un edificio construido entre los siglos XVI y XVIII que vino a reemplazar a otra iglesia anterior del que sólo queda su claustro del siglo XIV. Es de estilo gótico-plateresco con añadidos barrocos y las obras que alberga se prolongan desde finales del siglo XV hasta concluir, definitivamente, en el siglo XVIII, dando lugar a una interesante superposición de estilos histórico-artísticos.
El templo cuenta con dos portadas. La del muro septentrional es obra de Martín de Solórzano. La puerta meridional (puerta del Perdón) es plateresca. Por encima de esta segunda puerta se superpone un ventanal de arco apuntado pero estructura y decoración renacentista. El autor de esta fachada fue Pedro de Ybarra. Llama la atención su torre-campanario diseñada por Manuel de Lara Churriguera. Es de gran anchura en relación a su altura, por lo que parece algo rechoncha.
La catedral guarda en su interior una magnífica colección de pintura, escultura y orfebrería. Destaca el retablo mayor del siglo XVIII y los sepulcros episcopales de Jiménez de Préxamo y García de Galarza. Importante es también el coro, con una sillería mudéjar de nogal de los siglos XV y XVI, cerrado por una verja protorrenacentista del siglo XVI.
El supuesto mantel de la Última Cena de Jesucristo se guarda en la catedral. Descubierta entre los años 1370 y 1403 en un arca hallada bajo el suelo del presbiterio durante unas obras de remodelación en el templo, se trata de una pieza de lino de unos 4 metros de largo por 92 centímetros de ancho, con adornos en azul y algunos rotos. Según los análisis efectuados, el mantel es del siglo I y seguramente de origen árabe. Se conserva doblado en una arqueta realizada en plata. Se sabe que el mantel se encuentra en la seo desde, al menos, el siglo XV. Una bula papal firmada por Benedicto XIII y fechada en 1404 ya habla de que la reliquia apareció escondida en un arca en la catedral de Coria.
El mantel llegó a Coria tras la conquista de la ciudad por Alfonso VII procedente de Francia. Podría haberlo traído desde Francia el obispo Iñigo Navarrón, que asistió al Concilio de Reims en 1148 o su sucesor, Don Asuero, que vivió en Roma junto al Papa Eugenio III. Otra de las teorías apunta que la pieza habría sido trasladada a Roma, en el siglo III, por santa Elena, madre del emperador Constantino. De ahí habría pasado al emperador franco Carlomagno, y de este a los templarios. En Coria estos caballeros estuvieron un par de años, en torno a la segunda mitad del siglo XII. Cuando cayó la orden, durante su huida hacia Portugal a comienzos del siglo XIV, quizá dejaran el mantel en la catedral.
Respecto a su autenticidad, la Iglesia no se ha pronunciado. Ha asumido la reliquia por tradición y porque no hay evidencia alguna de que sea falsa, aunque tampoco existen pruebas científicas concluyentes que determinen con rotundidad que sea verdadera.