concatedral metropolitana de santa maría la mayor de mérida
Esta Iglesia de origen medieval, ha pasado desde 1993 a ostentar la categoría de concatedral al haber recobrado la iglesia de Mérida la dignidad de sede arzobispal compartiéndola con Badajoz. Heredera de la antigua Catedral de Augusta Emérita, su aspecto actual comienza a fraguarse tras la reconquista de la ciudad por parte del rey Alfonso IX de León, por lo que sus restos más antiguos corresponden al siglo XIII.
En su interior presenta tres naves, la central más ancha, con arcos ligeramente apuntados. Las tres naves están cubiertas desde el siglo XVII con bóvedas de aristas. Anteriormente las naves tenían un techo de armaduras de madera de gusto mudéjar. Sólo en algunas capillas y, sobre todo, en la cabecera, en la capilla mayor y la sacristía, se conservan arcos de tracería gótica. La iglesia tuvo originalmente pinturas en las paredes, como podemos ver en un fragmento que aún se conserva y en el que representa la misa de San Gregorio.
El cerramiento de las naves parece datarse, por su configuración, en un momento avanzado del gótico, por lo que las obras debieron avanzar a ritmos considerablemente pausados. Hoy se nos presenta como un conjunto gótico arcaizante, es decir, un templo muy macizo y achaparrado, con sencillos pináculos en la cabecera.
Las capillas pertenecieron a las familias más nobles de la ciudad. Hasta mediados del XIX la iglesia fue lugar de enterramiento para nobles de la ciudad. Así, a un lado de la cabecera y en la actual sacristía podemos ver los sepulcros de D. Diego de Vera y Figueroa y de su mujer, Dña. Marina Gómez de Figueroa. En el tramo inicial de la cabecera también podemos contemplar la imagen del Cristo de la O, patético Cristo tardogótico que es la imagen titular de las cofradías de penitencia locales. Se ubica en el lugar donde estuvo la tumba de Dña. Leonor de Austria, hermana de Carlos V, y que fue reina de Portugal y Francia.