catedral de santiago de compostela
Su historia comienza en el año 813, cuando el ermitaño Pelayo descubre la tumba de Santiago el Mayor sobre el monte Libredón. Es entonces cuando el rey de Asturias, Alfonso II, ordena la construcción de una capilla en el mismo lugar donde fueron encontrados los restos del apóstol. A partir de ese momento Santiago de Compostela se convirtió en el tercer destino de peregrinación más importante para los cristianos, después de Roma y Jerusalén.
La catedral que podemos ver hoy en día comenzó a construirse en el año 1075, impulsada por el obispo Diego Peláez. De ese período se conserva el Pórtico de la Gloria de estilo románico, el principal punto de acceso de los peregrinos durante el medievo. También románica es la fachada de las Platerías, la única de éste estilo que se conserva en la actualidad. Con el paso del tiempo se añadieron nuevos elementos que le han aportado grandiosidad a la Catedral de Santiago de Compostela, es el caso por ejemplo de la fachada barroca de la Plaza del Obradoiro, construida para proteger el Pórtico de la Gloria.
Por su parte la fachada de la Azabachería mezcla elementos barrocos con una construcción neoclásica. Por último la fachada de la Quintana, donde se encuentra la Puerta Real y la Puerta Santa o Puerta del Perdón, abierta únicamente en el Año Santo Jubilar Compostelano.
Rematando exteriormente el conjunto hay tres torres, la Torre de las Campanas y la Torre de la Carraca en la fachada del Obradoiro y la Torre del Reloj, ubicada entre la fachada de las Platerías y la fachada de la Quintana.
En 1896 fue declarada Bien de Interés Cultural, junto con el resto del casco histórico es además Patrimonio de la Humanidad.
Ya en el interior llama la atención la Capilla Mayor, construida sobre el sepulcro del Apóstol Santiago.
Entre toda la decoración barroca destaca la imagen de Santiago, hecha en el siglo XIII con piedra policromada.
En la parte trasera de la Capilla Mayor hay una escalera que permite subir hasta el camarín, para dar el abrazo al santo con el que los peregrinos terminan el Camino de Santiago. Después se puede bajar hasta la Cripta, donde se conserva el sepulcro del Apóstol Santiago y sus dos discípulos, Atanasio y Teodoro.
Otro punto de gran interés es el Panteón Real, donde se pueden ver los sepulcros de Raimundo de Borgoña, Berenguela de Barcelona, Fernando II de León, Alfonso IX de León y Juana de Castro.
Por último hay que mencionar el Botafumeiro, un incensario de latón bañado en plata que cuelga del crucero de la catedral. Mide 1,50 metros de altura y pesa 53 kilogramos, alcanzando los 100 kilos cuando se le añade el carbón y el incienso.