catedral de funchal
Fue construida por orden del Rey D. Manuel I para sustituir a la Iglesia de Nossa Senhora do Calhau, la primera parroquia de la isla, por haberse quedado esta pequeña para albergar tantos fieles. La nueva Iglesia de Santa María o «Igreja Grande», como se la conocía entonces, fue dedicada a Nossa Senhora da Assunção y pasó a ocupar una zona del centro histórico, entonces conocida como Largo do Duque.
Iniciada en 1493 y consagrada el 18 de octubre de 1517, la iglesia fue elevada a Catedral por el Papa León X quien creó el obispado de Funcal, en su momento, la mayor diócesis del mundo, pues abracaba todos los territorios descubiertos por los portugueses, de Brasil a Japón.
La Catedral fue la obra más destacada del período manuelino construida en la Isla de Madeira y se debe al talento del arquitecto Pêro Anes, maestro de las obras reales. Prácticamente inalterada desde tiempos de su fundación, posee una fachada simple, con un portal gótico de finas arquivoltas.
El interior del edificio ostenta una estructura de estilo gótico mendicante y planta en cruz latina. Destaca el notable techo de alfarje -uno de los más bellos de Portugal, hecho en madera de cedro de la isla y trabajado al gusto mudéjar, con dorados e incrustaciones en marfil- así como los retablos del siglo XVI y los azulejos del siglo XVIII. La sillería de la capilla mayor exhibe santos, profetas y apóstoles en trajes del siglo XVI, entre detalles que celebran la vida en la Isla de Madeira, como querubines cargando con bananas y odres de vino.
La Catedral posee un conjunto de tesoros de gran belleza y valor histórico, algunos de ellos expuestos en el Museo de Arte Sacro, como es el caso de la gran cruz procesional en plata dorada ofrecida por el Rey D. Manuel I y considerada una de las obras capitales de la orfebrería portuguesa.