catedral de guarda
El edificio que se ve actualmente en el centro de la población fue construido a partir de 1390, por iniciativa de João I, para sustituir a las antiguas sedes que se habían construido fuera de las murallas. Guarda fue sede del obispado desde su fundación, cuando el rey Sancho I le pidió al Papa Inocencio III la transferencia de la diócesis de Egitânia (Idanha-a-Velha) a la nueva ciudad. La construcción fue lenta y no terminó hasta 1517, durante el reinado de João III y el obispado de D. Jorge de Melo.
La catedral se integra en el estilo gótico tardío con influencias manuelinas de la obra del Monasterio de Batalha. Su sobriedad exterior está acentuada por las pesadas torres octogonales que le dan un aspecto de iglesia-fortaleza propio de una época en que las grandes catedrales portuguesas también representaban una afirmación de la nacionalidad.
Esa sobriedad es interrumpida la hermosa decoración de los portales: gótica en el principal y renacentista en el lateral. Aquí trabajaron algunos artistas de gran renombre de la época: Huguet, Diogo de Boitaca, Marcos Pires y Pedro y Filipe Henriques, hijos de Mateus Fernandes.
La planta sigue la tipología medieval de cruz latina con tres naves (la central más elevada), amplio transepto y cabecera de tres capillas comunicadas. En el interior destaca el magnífico retablo de la capilla mayor, tallado en piedra de Ançã. Siguiendo la forma semicircular del ábside, se desarrolla en cuatro registros jerárquicos: en primer lugar, los Apóstoles; en segundo, Moisés, Ezequiel, Elías y Daniel, la Anunciación y la Natividad; en tercero, la Virgen de la Asunción; y, por último, escenas de la Pasión de Cristo.
Es una obra de arte renacentista compuesta por más de cien figuras talladas creada en el taller de João de Ruão, que ya mostraba la apertura al Manierismo que caracterizaría la obra de este escultor a partir de entonces. Fue encargado por el obispo D. Cristóvão de Castro, señor de Monsanto y alcalde mayor de la ciudad de Covilhã. Persona muy humanista, fue embajador de Manuel I en Roma en la corte del Papa Alejandro VI, donde conoció los nuevos programas artísticos que quiso aplicar en su obispado.