catedral de miranda do douro
Concatedral de Miranda do Douro (Antiga Sé) fue mandada construir por D. João III en el contexto de una reorganización político-religiosa del reino –que también afectó a las catedrales de Portalegre y de Leiria–, la Catedral de Miranda do Douro comenzó a construirse el 24 de mayo de 1552 y la coronación del altar data de 1586. La obra implicó la destrucción de la antigua Iglesia de Santa Maria, un templo gótico construido durante el reinado de D. Dinís en el siglo XIV. Proyecto de Gonzalo Torralva y Miguel de Arruda, con la posterior ejecución de Francisco Velasquez, la construcción fue terminada a principios del siglo XVII.
Mantuvo la condición de sede episcopal hasta 1780, año en que la sede de la diócesis fue trasladada a Braganza (con la designación de Diócesis de Braganza y Miranda). Así, este edificio pasó a ser designado concatedral o simplemente Iglesia principal de Miranda do Douro. La transferencia de la sede de la diócesis puede estar relacionada con la historia de Miranda do Douro que, por su condición de frontera, cayó dos veces en poder español en el siglo XVIII. Braganza era una ciudad menos expuesta a las amenazas externas.
De diseño manierista, este notable templo tiene una fachada armoniosa con un cuerpo central flanqueado por dos poderosas torres y un interior en tres naves abovedadas a la manera gótica y crucería de ojivas de nervaduras visibles. El retablo mayor, un conjunto escultórico dedicado a Santa María la Mayor, es ya una obra del siglo XVII, y se debe al trabajo de Gregorio Fernández, maestro gallego radicado en Valladolid y responsable de un taller muy activo durante el período manierista.
En la Catedral hay otros retablos que merecen la atención del visitante, como el de São Bento, el de Nossa Senhora dos Remédios, el de las Reliquias, el de Santo Amaro o el de Nossa Senhora do Rosário (actualmente del Sagrado Corazón de Jesús). En estilo barroco y datados del siglo XVIII, se puede observar los retablos de San Pedro, San Jerónimo y Nossa Senhora da Piedade. La sillería del coro del Cabildo, obra de gran refinamiento y rareza, data del siglo XVII y es de estilo manierista.
La Catedral de Miranda do Douro es también conocida por conservar un icono de la religiosidad popular: el Niño Jesús de Cartolinha. Se puede observar esta pequeña imagen del siglo XVIII en un oratorio en madera dorada barroca donde los devotos depositan sus ofrendas.