catedral nueva de coímbra
Cerca de la Universidad de Coímbra, la Compañía de Jesús, que estaba instalada en la ciudad desde 1541, comenzó a construir en 1598 el Colegio de las Onze Mil Virgens. Las obras se desarrollaron con lentitud y la iglesia fue inaugurada en 1698. Los jesuitas ocuparon el lugar hasta 1759, año en que la Compañía fue disuelta por el Marqués de Pombal y, en 1772, la sede episcopal fue trasladada a la Iglesia de Santa Maria (Catedral Vieja, de estilo románico) a este edificio bastante más amplio.
La fachada de la Catedral Nueva obedece a los cánones arquitectónicos de los jesuitas, con un aspecto sobrio y austero. La parte más baja, donde destacan cuatro esculturas de santos jesuitas, es claramente manierista, mientras que la superior, que fue terminada en el siglo XVIII, es barroca.
En el interior, de una sola nave, el crucero y la capilla mayor están decorados con magníficos retablos de madera dorada construidos entre los siglos XVII y XVIII. En las capillas laterales se pueden encontrar diversos altares de estilo barroco dedicados a Nossa Senhora das Neves, a Santo Tomás de Vilanova y al Santísimo Sacramento al lado derecho, y a San Antonio, a la Resurrección y a San Ignacio al lado izquierdo.
El retablo mayor está compuesto por varios nichos donde se conservan las imágenes de los santos jesuitas Ignacio de Loyola, Francisco de Borja, Francisco Javier y Estanislao de Kostka, así como un gran lienzo que representa el Pesebre. La sillería de la capilla mayor, mandada construir por el obispo D. João de Melo en el siglo XVII con maderas exóticas, procede de la Catedral Vieja, al igual que la pila bautismal tallada en estilo gótico-manuelino situada en la capilla a la izquierda de la entrada.
